Ante un escenario mundial en el que se busca la eficacia operativa, se propone un modelo que responda a las necesidades actuales.
La sostenibilidad y la eficiencia operativa en el ámbito financiero son dos aspectos que son cada vez más relevantes. Por ello, la economía circular surge como un nuevo paradigma que promete transformar la manera en que las empresas producen y consumen.
Tradicionalmente, el modelo económico lineal basado en “tomar, hacer, desechar” dominó la industria global, generando desperdicio y agotando recursos naturales. Pero el cambio de paradigma con un enfoque circular plantea la pregunta sobre si todas las empresas pueden adaptarse.
El especialista financiero Fernando Boudourian, asegura que el análisis de tendencias económicas es de gran importancia para la toma de decisiones estratégicas.
Hacia el camino del cambio necesario
La economía circular propone un sistema regenerativo en el que los productos y materiales mantienen su valor dentro de la economía el mayor tiempo posible. Esto se lograría con la reutilización, el reciclaje y la renovación de recursos, minimizando la generación de residuos y la nueva producción.
Puntualmente, para las grandes empresas llevar a cabo este modelo requiere una reestructuración significativa en sus cadenas de suministro, procesos de producción y estrategias de negocio.
Empresas de sectores como la manufactura, la moda, la tecnología y la alimentación comenzaron a implementar un enfoque circular con el fin de reducir costos, optimizar el uso de recursos y mejorar su reputación en materia de sostenibilidad.
Sin embargo, la transición requiere inversiones iniciales que pueden ser altas , y en muchos casos, las infraestructuras y modelos de negocio actuales no están preparados para este enfoque circular. Pero el avance de este modelo está en evolución con el impulso regulatorio, las nuevas demandas de los consumidores y la presión de los inversores.
En este sentido, la economía circular se destaca por generar un impacto positivo como es la reducción de costos operativos, las nuevas oportunidades de ingresos, mayor fidelización del consumidor, cumplimiento regulatorio y acceso a incentivos y es atractivo para los inversores.
Actualmente, empresas como Ikea, Nike, Unilever y Apple comenzaron a implementar esta economía circular. Por ejemplo, la gran corporación de indumentaria y calzado deportivo lanzó Nike Grind, donde recicla zapatos usados para fabricar nuevos.
Por su parte, la empresa dedicada a la fabricación de dispositivos tecnológicos, invierte en la recuperación de metales raros a partir de dispositivos usados para la fabricación de nuevos productos.
Teniendo en cuenta estos aspectos, cabe recalcar que la economía circular no se trata de una tendencia pasajera, sino que se convirtió en una necesidad para la sostenibilidad a largo plazo de las grandes corporaciones y el planeta.
Si bien la transición implica inversiones iniciales y desafíos estructurales, los beneficios pueden superar los costos iniciales. En este sentido, las empresas que logren integrar la economía circular no solo reducirán costos y mejorarán su competitividad, pero también fortalecerán su relación con consumidores, inversores y reguladores.
La eficiencia y la sostenibilidad son fundamentales en este escenario mundial donde además de poder responder las nuevas necesidades relacionadas con el impacto ambiental. La economía circular se perfila como la respuesta que se necesita.