Los tres países se enfrentan a un particular escenario económico al tomar medidas trascendentales.
Con una volatilidad que crece en los mercados financieros, los bancos centrales de las potencias económicas del mundo debieron tomar decisiones y cambiar sus estrategias monetarias, en búsqueda de equilibrio y estabilidad. Ante esta decisión, las medidas tuvieron repercusiones directas en la cotización de sus divisas.
La Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco Popular de China adoptaron medidas políticas para responder ante el panorama, con distintas estrategias, que poco tardaron en impactar en el equilibrio cambiario mundial, denominado “guerra de divisas”.
El dólar, el euro y el yuan protagonizan este nuevo escenario atravesado por decisiones de tasas de interés, intervenciones cambiarias y dinámicas geopolíticas.
El dólar, el euro y el yuan, las monedas que enfrentan un nuevo escenario en búsqueda de crecimiento
El dólar mantiene un lugar protagonista en lo que respecta al mercado internacional, respaldado por su papel como moneda de reserva y la agresiva postura de la Fed en la lucha contra la inflación.
Desde 2022, la Fed incrementó las tasas de interés en un esfuerzo por frenar el sobrecalentamiento de la economía estadounidense. Esti derivó a que el dólar se fortalezca en comparación con otras monedas, atrayendo capitales.
Este escenario genera alertas, sobre todo en las economías emergentes, debido a que se incrementan los costos de financiamiento de su deuda externa, en dólares. En las empresas estadounidenses hay un impacto negativo de un dólar fuerte por una competencia internacional ante la caída de exportaciones.
La desaceleración económica y una inflación más contenida son resultados posibles, lo que puede llevar a tomar la decisión de recortar las tasas de interés. En este sentido, se está frente a un escenario de gran incertidumbre en los mercados financieros globales.
Por su parte, el Banco Central Europeo tomó medidas similares al de la Fed con el euro. Por ello, aumentó las tasas de interés para controlar la inflación, lo que dejó en evidencia cierta fragilidad en la economía de algunos países, como Alemania y Francia.
En la actualidad, estas medidas derivaron en un sostén en el valor del euro en el corto plazo, pero también aumentó los parámetros riesgos de una recesión prolongada. Ahora, Europa se enfrenta a problemas estructurales que pueden impactar negativamente en los resultados de sus políticas monetarias.
En cambio, China tomó distintas decisiones para su economía respecto a la política monetaria con el yuan. Con una economía en constante expansión, decidió implementar medidas para estimular su economía. Los resultados comenzaron a reflejarse con indicios de desaceleración en sectores clave como el inmobiliario y el tecnológico.
El yuan pasó por una pérdida frente al dólar, dada por la diferencia de la aplicación de políticas monetarias de estos dos países. En este sentido, la potencia asiática busca reducir la dependencia del dólar en su comercio internacional, por lo que promueve acuerdos de liquidación en yuanes en ciertos negocios.
Este escenario global, con la interacción entre estas políticas monetarias con políticas distintas, se generó escenario con mayor incertidumbre en los mercados financieros. En este sentido, el mercado cambiario dependerá de las decisiones de los bancos centrales sobre la reducción de tasas de interés.
Por esta razón, los inversores, empresas y gobiernos deberán hacer lo propio y enfrentar una realidad económica con constantes cambios y ajustar sus estrategias, para evitar pérdidas, al mismo momento que las grandes potencias económicas se establecen en el escenario nuevo.