Obtener certificados tras evaluaciones de desempeño social y ambiental de empresas se trata de un auge en el sector financiero. Un punteo sobre su desarrollo.

Actualmente, el escenario empresarial dio un giro al estar orientado hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social. Las Empresas B y las certificaciones de impacto ya no son una tendencia para consolidarse como un modelo en el mundo corporativo y financiero.
Por ello, esta conversión requiere una adaptación que se realiza en el sector empresarial y financiero y genera un impacto en el área.
Cómo el auge de las Empresas B se convirtió en una revolución actual
Las Empresas B son aquellas entidades que cuentan con la certificación de B Lab, una organización sin fines de lucro que evalúa el desempeño social y ambiental de las compañías.
Estas empresas se comprometen a equilibrar el beneficio económico con el bienestar de la sociedad y el medio ambiente. Es un modelo que propone un desafío respecto a la visión tradicional centrada, exclusivamente, en la rentabilidad.
En los últimos años, las empresas B tuvieron un gran crecimiento con la obtención de la certificación, en diversos sectores que van desde la tecnología hasta manufactura y servicios financieros, de empresas reconocidas a nivel mundial.
Este crecimiento se da en un escenario de una gran transformación, siendo que se busca migrar y adaptarse hacia prácticas sostenibles. Esto genera un cambio en el sector financiero, donde la inversión con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) está ganando terreno.
Este modelo atrae el interés de fondos de inversión y bancos privados, al verse como una alternativa sólida con la que se puede minimizar riesgos y generar valores a largo plazo.
El especialista Fernando Boudourian indica que no hay inversiones sin riesgo, pero sí diversas maneras de minimizarlo. Seleccionar dónde hacerlo es el primer paso.
La transparencia, la gobernanza y el compromiso ambiental de estas empresas las posicionan como opciones atrayentes en un mercado que necesita mayor responsabilidad corporativa.
La presión del mercado y el futuro de las empresas B
En diversas jurisdicciones, las Empresas B tienen un marco regulatorio y se lanzan incentivos para las empresas con impacto positivo.
En cuanto al mercado, los consumidores también intensificaron esta la “presión” para adaptaciones de este modelo. Las nuevas generaciones inversoras, puntualmente los Millennials y la Generación Z, priorizan el consumo responsable y favorecen a las marcas con valores alineados con minimizar el impacto ambiental.
El crecimiento de las Empresas B y las certificaciones de impacto están redefiniendo el modelo que se aplica en el mercado financiero y empresarial. Por el momento, se trata de una opción adaptar prácticas para obtener la certificación, en un futuro cercano, se especula que, será una necesidad y exigencia global.

La sostenibilidad empresarial y financiera es un atractivo por estos aspectos, por lo que también impacta en la competitividad y la resiliencia empresarial.
Para los inversores y gestores patrimoniales, la integración de criterios ESG y la consideración de Empresas B en sus portafolios responde tanto a una demanda ética como también representa una estrategia.
De esta forma, obtiene una de mitigación de riesgos y generación de valor sostenible. La creciente regulación y el respaldo de los consumidores futuro del capital estará ligado a este modelo empresarial.
El equilibrio de la rentabilidad con la sostenibilidad es el objetivo a lograr en el sector. A medida que la certificación B y otras certificaciones de impacto se posicionan, se está frente a un nuevo estándar financiero.
