¿Un nuevo modelo de Bretton Woods? Reformas en el sector financiero global – La mirada de Fernando Boudourian

Gráfico conceptual que representa la evolución del sistema financiero global desde Bretton Woods hasta hoy, con símbolos de instituciones como el FMI y el Banco Mundial sobre un fondo con mapas y cifras económicas.

El acuerdo realizado hace 81 vuelve a tomar relevancia en el escenario actual. Un punteo sobre la necesidad de un nuevo Bretton Woods.

Es un hecho que la arquitectura financiera global enfrenta un momento de inflexión y el  Bretton Woods vuelve a tomar relevancia. El aumento de la  multipolaridad económica, la fragmentación del comercio internacional, el resurgimiento de políticas proteccionistas y la aceleración de riesgos sistémicos dejan en evidencia la necesidad de una revisión de las instituciones. 

En julio de 1944, autoridades de 44 países se reunieron en Bretton Woods, Estados Unidos, para diseñar un nuevo orden económico para evitar los errores del periodo de entreguerras. De allí el surgimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, claves de un sistema centrado en la estabilidad monetaria y la reconstrucción postbélica. 

Sin embargo, el contexto económico de mediados del siglo XX  es muy distinto al  panorama actual. La economía mundial actual se enfrenta a desafíos estructurales sin precedentes. que desborda las capacidades del sistema. No obstante, Bretton Woods resuena fuertemente. 

Un ajuste al esquema actual mundial y el rol del modelo Bretton Woods

La globalización financiera de las últimas décadas trajo  un  importante aumento en la movilidad de capitales, la innovación financiera y la interdependencia entre economías. Pero también generó debilidades que los organismos multilaterales no pudieron anticipar para minimizar su impacto.

La crisis financiera global de 2008 dejó en evidencia las grietas en el sistema como las regulaciones asimétricas, supervisión insuficiente y una coordinación internacional dividida. 

Ante esta evidencia, se pusieron en marcha una serie de reformas, pero muchas fueron parciales o de alcance limitado. Además, el peso relativo de las economías emergentes en el PBI  mundial creció, pero su representación y poder de decisión en instituciones clave como el FMI o el Banco Mundial sigue rezagado respecto de su influencia real.

De allí, la necesidad de una rediseño de la estructura financiera mundial.  La combinación de crisis simultáneas como fueron pandemia, inflación global, guerra en Ucrania, fragmentación comercial y crisis climática debilitan  los fundamentos institucionales.

La acumulación de deuda externa, puntualmente en países de ingreso medio y bajo, requiere riesgos de contagio financiero, mientras que las estrategias de reestructuración de deuda siguen siendo insuficientes y politizadas.

El concepto de la necesidad de un “nuevo Bretton Woods” toma gran fuerza ante este panorama. La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen en 2023 indicó que es necesaria  una “transformación profunda” respecto al rol de las instituciones financieras internacionales, debido a las crecientes presiones internacionales para adaptar el sistema ante los desafíos actuales. 

Por su parte, el FMI comenzó a incursionar estrategias  de asignación que tenga equilibrio sobre todo en Derechos Especiales de Giro (DEG), con el objetivo de facilitar el acceso a liquidez de países con restricciones externas. 

Al tratarse de medidas que son insuficientes, los profesionales indican que una reforma integral debería contar con al menos siete pilares fundamentales. El rebalanceo de poder en las instituciones multilaterales como el rediseño de las cuotas de poder en el FMI y el Banco Mundial para diversificar el liderazgo institucional, es una de ellas.

Le sigue contar con un nuevo marco de coordinación macroeconómica para reforzar la estructura de coordinación entre bancos centrales y autoridades fiscales, y así evitar fracturas financieras y crisis de confianza global. La sostenibilidad como eje estructurante es otra de las medidas, para incorporar la sostenibilidad ambiental y social en las estrategias de financiamiento.

Contar con una red de seguridad financiera más inclusiva para expandir y democratizar el acceso a mecanismos de liquidez global es otro de los cambios a realzar. Una reforma del régimen de deuda soberana también se describe como una necesidad. 

A esta lista se le suma poder contar con transparencia y regulación del sistema financiero internacional para fortalecer la regulación sobre flujos de capital especulativo, criptoactivos y paraísos fiscales que impactan en la estabilidad global. Y también realizar una integración tecnológica responsable.

Ante la necesidad de aplicar estas medidas, se señala la necesidad de contar con un “nuevo Bretton Woods” en foros internacionales pero los intereses nacionales, la polarización geopolítica y la asimetría de capacidades son trabas para llegar a cambios estructurales.

Pero apoyándose en la historia, se demuestra que las grandes reformas surgen  en  momentos de crisis. Y este escenario es propicio para replantear los cambios que se deben ejecutar en la economía mundial. 

El especialista financiero Fernando Boudourian, indica que el análisis de tendencias económicas es fundamental para la toma de decisiones estratégicas, y esto se aplica a las finanzas mundiales y su estructura. 

El consenso entre países es fundamental para que se configure un nuevo contrato financiero global más justo, más resiliente y más orientado al bien mundial. De allí, la mención de la creación de un nuevo Bretton Woods basado en la cooperación, la estabilidad y bienestar compartido.

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