El cuidado del medio ambiente es una de las grandes preocupaciones sociales que van en aumento, en las últimas décadas. La búsqueda de la sostenibilidad, cuidado y preservación de los recursos naturales es un hecho en acción, por parte de los individuos y grandes empresas, registrándose también en el impacto de la economía.
El futuro de un planeta habitable es una necesidad para todos. Por esto, se ponen en marcha diversas acciones para mitigar el daño que se causa. En este plan estratégico, las empresas se insertaron en lo que es llamado las finanzas verdes.
El futuro de lo inmediato: las finanzas verdes como el gran recurso
El concepto de finanzas verdes es coyuntural a la etapa de preservación y cuidado del planeta, ante la detección del cambio climático, que se define como la variación en los componentes del clima, que causa diversos efectos como fuertes precipitaciones y pérdidas de recursos naturales.
En este escenario, las finanzas verdes son la financiación de proyectos que tienen como fin obtener beneficios para el ambiente y la Tierra. El objetivo es invertir capitales en recursos que tengan impacto positivo en este aspecto, como son la potencialización del uso de energías renovables, por ejemplo.
En este sentido, ya es un hecho que la economía del futuro está directamente relacionada con este aspecto ambiente. Por lo que se afirma que habrá una reconfiguraron la economía global.
En esta línea, el desarrollo sostenible es uno de los objetivos a cumplir tanto y se apela a las inversiones tanto públicas y privadas. Entre las acciones que actualmente se realizan en este marco, se distinguen tanto la implementación de tecnologías sostenibles, como el uso de la energía solar, eólica e hidroeléctrica. Como también invertir en infraestructuras para reducir el consumo de energía.
También, se encuentra en crecimiento las inversiones para la gestión sostenible del agua, siendo un recurso finito de la Tierra, que su falta haría imposible habitar el territorio. Por ello, invertir en la preservación de la biodiversidad es una financiación en constante crecimiento.
Además, el Foro Económico Mundial, en un reciente informe, indicó que la inversión en las finanzas verdes podría tener un resultado para el 2030 de 395 millones de puestos de trabajo, un resultado, también, más que necesario.
No obstante, también se especula que sectores laborales se verán negativamente afectados, hablando económicamente. El negocio de la minería como de los combustibles fósiles, por ejemplo, se verían reducidos, debido al impacto que la actividad genera con los recursos naturales.
Podrían surgir ciertas tensiones globales, debido a que el comercio en estas áreas es uno de los más recaudadores en el mercado y son claves en las finanzas de algunos países, ya sea como productores o compradores. En este sentido, las regulaciones ambientales pueden impactar directamente al negocio.
Greenwashing: el desafío en las finanzas verdes
Si bien hablamos de una forma de inversión en evolución, como todo proceso de cambio se enfrenta a diversos aspectos negativos. Uno de ellos es que las finanzas de países en desarrollo pueden acceder a estas inversiones, determinantes para las economías futuras, para llegar a una equidad.
Por otra parte, aun con marcos de criterios dispares a este tipo de inversiones, se nació el concepto de greenwashing, que se trata de una estrategia de empresas para dar una imagen sustentable, en búsqueda de un mejor marketing de conciencia ambiental, sin cumplir con los requisitos necesarios.
Lo cierto es que el futuro estará relacionado directamente con la capacidad de inversión en las regulaciones ambientales y el accionar empresarial, ya que las finanzas verdes serán cruciales para un ambiente sostenible.