El escenario económico se presenta por primera vez con fenómenos que muchos países habían dejado atrás. Las medidas tomadas pueden causar otros efectos.
En los últimos años, la economía mundial presentó escenarios inesperados con la detección de una inflación global, que se desarrolló luego que los países buscarán una recuperación económica post pandemia de coronavirus y por los conflictos geopolíticos como la guerra en Ucrania, entre los factores principales.
En este escenario, algunos países están pasando por un periodo de desinflación, lo que plantea una nueva lista de desafíos, para ellos y el resto de los territorios que se verán afectados por sus mercados.
Inflación global, desinflación y medidas urgentes
Estados Unidos, Europa y Reino Unido son algunos de los países que tuvieron un crecimiento de la inflación, durante 2022. Se trata de algo infrecuente en sus economías avanzadas. Entre las causas que se detectaron, fue el escenario tras la pandemia, con una alta demanda de bienes y servicios en un momento en que las capacidades productivas escaseaban.
Sumado con la guerra de Ucrania y Rusia que comenzó en 2022, se detectó una elevación en los costos de producción, que se visualizó directamente a los consumidores.
Ante este escenario, tanto la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo, y el Banco de Inglaterra actuaron de forma inmediata para responder ante la inflación, con la medida de aumentar las tasas de interés. Todos registraron aumentos significativos con una política de endurecimiento monetario, con el fin de desacelerar la demanda y enfriar los precios.
Esta medida, junto a otras, como la venta de activos adquiridos durante el momento que hubo políticas monetarias más flexibles, para retirar liquidez del sistema financiero. Tras las regulaciones, en 2024 algunos países comenzaron a tener una desaceleración de la inflación.
La desinflación, o la disminución de la tasa de inflación, se desarrollan donde las presiones inflacionarias continúan en áreas como los alimentos y energía. Si bien se detecta un descenso en los precios, los bancos centrales tienen que ser muy medidos para que no se produzca una recesión profunda.
En esta línea, los bancos centrales enfrentan nuevos desafíos para evitar otros problemas, como una desaceleración económica abrupta. Además, si las tasas de interés se mantienen altas durante un largo periodo, esto puede incidir en la reducción de la inversión empresarial y el consumo, que puede frenar la recuperación económica y generar desempleo. Por ello es fundamental las estrategias a aplicar.
Actualmente, los bancos centrales suelen enfrentar estos desafíos con el uso de la tecnología y la innovación financiera como herramientas adicionales. El desarrollo tecnológico como las monedas digitales de banco central son utilizados, para una precisión en la gestión monetaria, permitiendo a los bancos centrales implementar políticas de manera más eficiente. Lo cierto es que el paso de la inflación a la desinflación se trata de un proceso complicado, en el que se necesita encontrar un equilibrio entre las medidas de política monetaria, la estabilidad de los mercados financieros y el bienestar económico de las personas. Por lo que constantemente se enfrentan a un posible estancamiento económico y una