Observando lo que ocurrió en el interior de los cercados pueden medirse los progresos experimentados en los métodos de producción. El coste social de la operación fue soportado por las clases más humildes, pero la concentración de la propiedad rural fue un factor de crecimiento de la productividad. En las grandes explotaciones
de Norfolk aparecieron las innovaciones que iban a resultar agricultura inglesa. Incluso se ha bautizado con el nombre de “sistema de Norfolk al conjunto de las técnicas experimentadas en aquella región a mediados del siglo XVIII Lord Townshend fue uno de sus primeros impulsores y se inspiró para ello en ciertas prácticas que había podido observar durante su cargo de embajador en Holanda. Drenó el suelo, lo preparó con margas y abonos, llevó a cabo las primeras experiencias de alternancia de los cultivos, con el fin de evitar el agotamiento del suelo, sin emplear el barbecho. Supo poner en cultivo prados artificiales y facilitar, en consecuencia, la alimentación del ganado durante el invierno.
Gracias a él el valor de las tierras del condado de Norfolk se decuplicó entre 1730 y 1760. Lord Townshend inspiró a la nobleza inglesa que se interesó apasionadamente por el desarrollo de la agricultura. Acababa de aparecer el gentleman farmer. Coke de Holkam fue otro pionero de la agricultura, que empleó, por primera vez, instrumentos de arado perfeccionados y que hizo adoptar el régimen de los arrendamientos a largo plazo con el fin de fomentar el interés del agricultor, garantizándole una mayor seguridad. Bakewell emprendió en la misma época (1770-1790) la tarea de mejorar la cría de ganado. El peso medio de los bueyes vendidos en el mercado de Smithfield era de370 libras a principios del siglo XVII y de 800 libras en 1795. Arthur Young contribuyó ampliamente a la difusión de los nuevos conocimientos en el terreno agrícola entre 1767 y 1815. Se puede hablar con toda propiedad de una “revolución agrícola” durante la segunda mitad del siglo XVIII. Los comerciantes de la City invirtieron importantes sumas en la compra de tierras debido a que la demanda de productos alimenticios aumentaba con la población (véase infra). Señalemos finalmente que el precio del trigo era, entre 1760 y 1794, alrededor de un 30% más elevado que entre 1720 y 1759.
Se ha podido estimar en un 90% el aumento de la productividad del trabajo agrícola entre 1700 y 1800. La población empleada de la agricultura representaba en 1700alrededor del 70% de la población activa frente a un 37% en 1800. Entre estas dos fechas la población total de Inglaterra y del País de Gales pasó de 5.800.000 a 9.100. 000.La agricultura produjo más, y más rápidamente, a la vez que se mejoraba la calidad de los productos animales y vegetales. El espíritu de innovación no fue monopolio de la industria. Este progreso agrícola permitió la formación de los grandes centros urbanos al proporcionar los alimentos necesarios a las poblaciones obreras; pero, a la vez, la agricultura se benefició de la demanda creciente de sus productos y de la industrialización en general. Hay que mencionar aquí el importantísimo papel jugado por la adaptación de los transportes tanto durante la revolución agrícola como la industrial. La construcción de carreteras y canales era uno de los prerrequisitos del desarrollo económico general.