Estados Unidos atraviesa una situación económica particular, por lo que se comienza a hacer diversos cuestionamientos.
El déficit gemelo en Estados Unidos se desarrolla entre la coexistencia de un déficit fiscal y un déficit en cuenta corriente, que actualmente se aplica y es un fenómeno que se ha impulsado en las últimas décadas. Pero últimamente, se cuestiona su sostenibilidad ante la presión sobre la estabilidad macroeconómica es cada vez más evidente.
Esta situación es conocida a nivel global, como así también la fortaleza económica de EE.UU, característica que deja bien posicionado al país aún en momentos de desequilibrio económico. Sin embargo, este escenario podría afectar la confianza en el mercado estadounidense.
No obstante, tal como lo afirma el especialista financiero Fernando Boudourian, es necesario un análisis de tendencias económicas para la toma de decisiones estratégicas puntuales para diversos escenarios.
Déficit fiscal, el problema estructural
El déficit gemelo es consecuencia de dos factores: un desequilibrio fiscal causado por un gasto público superior a los ingresos gubernamentales y un déficit externo reflejado en una balanza de pagos negativa.
El desarrollo de este fenómeno empieza con un aumento en el gasto público que no es compensado con ingresos fiscales adecuados. Ante esto, el gobierno realiza la emisión de deuda pública mediante bonos del Tesoro.
Además, el déficit fiscal estadounidense es consecuencia de diversos factores estructurales y coyunturales. Entre ellos se encuentra el registro del envejecimiento poblacional, que se traduce en un incremento en el gasto público. También, los paquetes de estímulo económico tras la pandemia y el aumento en el gasto en defensa fue un factor que impulsó el crecimiento del déficit.
Este escenario llevó al Departamento del Tesoro a incrementar la emisión de bonos, lo que generó un incremento del costo del financiamiento gubernamental ante el aumento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
Por supuesto que la sostenibilidad es un objetivo a alcanzar en el déficit gemelo y conseguirlo depende de factores tales como la confianza en el dólar y la deuda soberana de EE. UU, política monetaria y tasas de interés, cambio en la dinámica de inversión extranjera y el crecimiento económico y productividad.
Lo cierto es que EE.UU puede continuar sosteniendo su déficit gemelo a corto plazo. Esto es porque tiene una moneda fuerte como es el dólar y la confianza de los mercados. Sin embargo, el aumento de la deuda y la reducción en la demanda extranjera por bonos estadounidenses podrían acelerar la necesidad de ajustes fiscales y estructurales en los próximos años.
Cabe destacar que este país demostró la fuerte economía que tiene, pese a pasar por desequilibrios, pero este modelo demuestra que la sostenibilidad no es indefinida. La clave estará en la capacidad de EE. UU. para implementar reformas fiscales, mantener su atractivo como destino de inversión y preservar la hegemonía del dólar en un entorno de creciente competencia internacional.
Lo cierto es que esta situación plantea preocupación a nivel global debido a que afecta tanto a los mercados financieros como a la posición del dólar como moneda de reserva, por lo que las decisiones del país están bajo la mirada del resto del mundo.
