Las medidas de regulación de las criptomonedas aumentaron en los últimos tiempos. Un punteo sobre el efecto que se generó.
El modelo financiero con criptoactivos está en constante evolución con rápidos avances. Y es el 2025 que se perfila como un año clave en la definición de su marco regulatorio global.
Gobiernos y organismos financieros internacionales están en constante búsqueda para establecer medidas más claras para el sector, la industria cripto enfrenta un punto de inflexión.
Una regulación ¿Y la puesta en riesgo del uso de criptomonedas ?
En los últimos años, la falta de un marco regulatorio en el mundo de las criptomonedas es una de las principales barreras para la adopción institucional de los activos digitales. Sin embargo, 2025 demuestra un aumento de los esfuerzos de las autoridades para impulsar controles más estrictos sobre el mercado cripto.
En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) aumentaron su supervisión sobre los exchanges de criptomonedas y las plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi).
El objetivo es minimizar riesgos asociados con el lavado de dinero, financiamiento ilícito y la volatilidad extrema de los activos digitales. Por ello, la implementación de la Ley de Transparencia Cripto establece medidas para que las plataformas estén obligadas a brindar información tanto sobre las transacciones como de la identidad de los usuarios.
En la Unión Europea, el Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) se puso en marcha en 2025 y establece requisitos estrictos para la emisión y comercialización de stablecoins. También exige licencias a los proveedores de servicios de activos digitales. Brindar mayor seguridad a los inversores y reducir la incertidumbre jurídica es el objetivo de esta normativa.
Pero cada gobernación toma decisiones al respecto. China, por su parte, mantiene una postura restrictiva, con un veto sobre el comercio de criptomonedas mientras sigue apostando al uso de su yuan digital.
Mientras que Emiratos Árabes Unidos y Singapur, por el contrario, tienen medidas regulatorias más flexibles en búsqueda de impulsar la inversión.
En ese escenario, se destaca que si las normativas son más estrictas, el impacto en la adaptación masiva de las criptomonedas es un tanto incierto ya que la regulación podría generar mayor confianza entre inversores institucionales y minoristas, impulsando la entrada de capital tradicional en el sector.
Expertos indican que el aumento de la supervisión podría debilitar el principio que potenció la popularidad de esta moneda: la descentralización.
Los defensores de la privacidad y la soberanía financiera indican que medidas como la identificación obligatoria de los usuarios y la restricción de servicios en jurisdicciones podría debilitar el sistema cripto.
El especialista financiero Fernando Boudourian asegura que la digitalización está transformando tanto la banca privada como las finanzas y la relación con los clientes. Las criptomonedas son un ejemplo de esto.
En este escenario, el 2025 se presenta como un momento clave para el futuro de la regulación de la más reconocida moneda digital, ya que, por un lado, las regulaciones pueden impulsar la confianza y la adopción institucional, también potencia el riesgo de que si son desmedidas generen un freno a la innovación y desincentive la descentralización.
Por esto, es importante que los gobiernos sean capaces de diseñar políticas que protejan a los inversores y al sistema financiero sin que interrumpir el potencial disruptivo de las criptomonedas.