Los caracteres generales de los ciclos mayores
Al abordar el estudio estadístico de los ciclos se tropieza con una importante dificultad debida a las diferencias de métodos utilizados por los distintos investigadores. Algunas series comprenden todos los puntos de inversión de la tendencia sin distinguir los movimientos menores (Kitchin)de los movimientos mayores (Juglar). Esto hace difícil establecer una cronología rigurosa de los ciclos Juglar apoyándose en estos datos.
Las fechas marcadas con un asterisco fueron, según Rostow, las cumbres de una fase de expansión de un ciclo mayor. Podemos establecer pues, de cumbre en cumbre, el número y la duración de los ciclos mayores: partimos del inicio de la depresión para terminar en la cumbre de la expansión siguiente. La duración media de los trece ciclos que de esta manera se obtienen es de 8,76 años.
Por lo que respecta a los Estados Unidos, Hansen estima que han existido 17 ciclos mayores entre 1795 y 1937 cuya duración media ha sido de 8,35 años. De 1837 a 1937 Hansen cuenta 12 ciclos mayores de una duración media de 8,33 años. De 1857 a 1937 la media de los 10 ciclos mayores registrados se reduce a 8 años. Encontramos esta misma duración media de 8 años para los 8 ciclos del período 1873-1937.
En Gran Bretaña pueden localizarse 10 ciclos menores, de una duración media de 4 años, entre 1792 y 1913, aunque estos ciclos tienden a desaparecer a partir de 1860. Antes de 1816 se cuentan 4 ciclos menores;3 de 1816 a 1848; 2 de 1848 a 1873; y solamente uno en el período anterior a la primera guerra mundial.
Parece que la frecuencia de los cielos menores ha sido mayor en los mayores de una duración media de 3,51 años. De 1857 a 1937 hubo 23 ciclones con una duración media de 3,36 años. La longitud de los ciclos mayores varía de una mínima de 6 años a un máximo de 12; en cuanto a los ciclos menores, éstos varían entre 2 y 6 años. Rostow ha definido el ciclo mayor según dos criterios: por una parte, en la cumbre del ciclo se alcanza el pleno empleo; por otra parte, los agentes económicos están dispuestos a invertir a más largo plazo al final de la expansión. Estos criterios se han podido verificar sobre todo una vez terminada la revolución industrial, a partir de los años 1830-1840. Por el contrario, los ciclos menores se han caracterizado por llevar a expansiones que se agotan antes de alcanzar el pleno empleo. Se ha explicado que estos movimientos menores estaban vinculados a las variaciones de las existencias y del comercio exterior. Se trata probablemente de un tipo de movimiento cíclico ligado a la actividad de los intercambios internacionales y que ha podido existir con anterioridad al capitalismo industrial. Con la industrialización, el ritmo de las inversiones a largo plazo resultado de las innovaciones iba a dirigir el ritmo de la actividad económica.

Schumpeter vio una relación claramente establecida entre los movimientos de los precios a largo plazo (Kondratieff) y los ciclos mayores. Contó 6 “Juglar”” (mayores) en un Kondratieff y 3 “Kitchin” (menores) en un Juglar. En el curso de las fases ascendentes de los precios la expansión de los ciclos mayores sería más marcada y la depresión más larga y menos profunda que durante las fases de baja de los precios a largo plazo. El trend de los precios, en su fase de alza, expresaría, pues, una tendencia general a la prosperidad. Por el contrario, el trend en su fase de baja traduciría una tendencia general a la depresión. Para contrastar esta tesis, Mitchell ha calculado la relación entre el número de años de prosperidad y el número de años de depresión en el interior de cada fase de los movimientos Kondratieff. Los resultados obtenidos por Mitchell para los Estados Unidos y Gran Bretaña tienden a confirmar la tesis de Schumpeter.
Cuando los precios disminuyen, las fases de prosperidad son más cortas que las fases de depresión, y cuando los precios tienen tendencia a crecer, son las fases de depresión las que se acortan con respecto a las fases de prosperidad. Burns y Mitchell han calculado la duración media de las fases cíclicas en los Estados Unidos desde 1854. Ver en cuadro IV los resultados obtenidos que confirman los precedentes. La forma y la amplitud de los ciclos sería, pues, función de los movimientos largos de los precios.
