En la búsqueda de una alternativa, se comienza a visualizar los cambios respecto a la moneda estadounidense. Un punteo sobre los motivos de la transformación y cómo cambia la perspectiva mundial.

Desde 1944, el dólar estadounidense fue establecido como la moneda de reserva mundial, colocándolo en una posición privilegiada en el comercio internacional, los mercados financieros y la política económica global.
Pero, en los últimos años, el concepto de “desdolarización” gana terreno a nivel mundial al generarse debates acerca del lugar de esta moneda en el comercio intencional, en búsqueda de una reducción de la dependencia que se tiene al dólar, tanto por parte de los gobiernos como del sector económico.
Por qué se vive impulso de la desdolarización
Tras décadas de dependencia del dólar en la comercialización transfronteriza, el fenómeno denominado desdolarización irrumpe con fuerza en los últimos años, proponiendo un cambio estratégico en los negocios globales con alternativas que comienzan a ganar espacio.
Este fenómeno toma impulso por un escenario global conformado por diversos factores. En principio se destaca por la política monetaria aplicada en Estados Unidos, con la emisión masiva de dinero tras la crisis financiera que atraviesa. Las sanciones económicas que emitió este país a otros territorios, como Rusia, Irán y Venezuela, hizo que se buscaran alternativas para reducir vulnerabilidades ante posibles restricciones.
A estos dos factores se le suma el contexto global del crecimiento de economías emergentes como la de China e India, que ganan peso en el comercio e influyen en los poderes de los mercados. También, las nuevas tecnologías y monedas digitales desafían las formas tradicionales de intercambio financiero.
En este escenario, el dólar comienza a perder peso como la moneda de reserva predominante, pero aún representa el 58% aproximadamente de las reservas globales, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). No obstante, tuvo una baja significativa ya que para 1999 representaba el 71%.
El uso del yuan chino como moneda alternativa en las reservas globales representa el 3%, como así también la formación de bloques económicos alternativos como los BRICS cooperan a esta desdolarización con la opción de crear una moneda común para las transacciones intrabloque.
No obstante, para desplazar por completo al dólar como la moneda de la reserva global hace falta una estructura financiera con estabilidad, liquidez y confianza, como la que tiene actualmente este. Por lo que el declive no puede ser una realidad en lo inmediato. La desdolarización es un proceso complejo que podría tardar décadas en efectivizarse, no obstante ya se visualiza la intención de algunas naciones para reducir la influencia del dólar, lo que se suma al panorama financiero global que está evolucionando. El avance de las monedas digitales, los cambios en la estructura del comercio internacional y las tensiones geopolíticas podrían acelerar la diversificación de las reservas internacionales y el comercio.
