Esbozo histórico de los ciclos y de las crisis
No es fácil establecer la cronología de los ciclos Juglar. La causa principal de esta dificultad radica en las distintas interpretaciones que se han dado. Como ya hemos insistido sobre la relación entre los movimientos Kondratieff y las fases del ciclo juglar. Vamos a centrarnos en el estudio de las más graves depresiones registradas. Nos vemos obligados a señalar que Schumpeter en su Business Cycles no fue muy explícito sobre este aspecto del problema. Si su modelo teórico es perfectamente claro, no es posible decir lo mismo de su estudio histórico estadístico. Para examinar lo indicado, partir de los puntos de inversión de la tendencia, o “crisis”.
Crisis de 1825 y ciclo 1819-1832.
Dejamos de lado las crisis que surgen al terminar las guerras napoleónicas (1815-1818) para abordar la de 1825 que fue esencialmente inglesa. Durante el periodo de expansión 1819-1825 se desarrolla el comercio exterior de Gran Bretaña y los ingleses invierten capitales en minas de América del Sur. En el interior, las inversiones prosiguen desde canales. En esta época se inicia la construcción de las primeras líneas de ferrocarriles. El alza bursátil acompaña esta prosperidad y los precios de los productos manufacturados aumentan. Sin embargo, a partir de 18141815, Inglaterra ha entrado en la fase de baja Kondratieff: el trend de los precios se halla, pues, en una fase de baja. La prosperidad termina con una disminución de la actividad y un brus.co viraje de los precios. El saldo de la balanza comercial, que era positivo en 1821 y 1822, acusa un déficit de más de 26 millones de libras esterlinas en 1825 a raíz de un rápido aumento de las importaciones. (Las cifras más completas del comercio exterior de Gran Bretaña en el siglo xix nos las da Albert H. Imlah en Economic Elements in the Pax Britannica).
La depresión continúa hasta 1832, exceptuando dos recuperaciones menos de 1826 a 1828 y de 1829 a 1831. A partir de 1832, Inglaterra entra en una nueva fase de expansión que se extenderá hasta 1836, fecha en que, de nuevo, se invierte la tendencia. La expansión anterior a 1825 ha durado 5 años y la depresión posterior a 1825 ha durado cerca de 7 años. Este ciclo Juglar, definido en dos fases, ha durado alrededor de 12 años. De todos modos, las cifras que hemos empleado no están suficientemente elaboradas como para poder fechar este ciclo con precisión. Señalemos que la depresión es más larga que la expansión y que nos hallamos en la baja Kondratieff 1815-1848.
Crisis de 1836 y ciclo 1832-1842
Es durante la expansión 1832-1836 cuando se desarrolla rápidamente en Inglaterra la construcción de ferrocarriles. Se han vencido los problemas más técnicos, y en adelante la máquina de vapor ofrece una nueva fuente de energía y una nueva ocasión para invertir.
Las líneas Londres-Birmingham y Manchester-Liverpool se construyeron entre 1832 y 1836. Este boom de los ferrocarriles beneficia a la siderurgia y al carbón. Se desarrollan los bancos y las sociedades por acciones. Las exportaciones pasan de 36,5 millones de libras en 1832 a 53,5 millones de libras en 1836, es decir, experimentan un aumento del 46%.
Durante el mismo período las importaciones crecen en un 61%, pasando de 52,5 millones de libras en 1832 a 84,4 millones de libras en 1836. A partir de 1837, la disminución de la actividad es sensible si se juzga por el valor de las importaciones, que cae a 70,1 millones de libras, mientras que las exportaciones siguen la misma tendencia y pasan de 53,5 millones de libras en 1836 a 42,1 millones de libras en 1837.
La industria textil fue uno de los sectores que más se benefició de la expansión de los años 1832-1836: según ciertas estimaciones, el número de telares mecánicos utilizados por la industria del algodón dobló entre 1830 y 1835, pasando de 56.000 a 110.000. En 1835, la producción de telares no era suficiente para hacer frente a la demanda de los fabricantes de Lancashire.
A principios de 1836, al resultar insuficiente el aprovisionamiento de algodón y seda, los precios suben rápidamente y se inicia una verdadera especulación al alza. Paralelamente, las reservas de oro de Inglaterra disminuyeron a raíz de la exportación de este metal a los Estados Unidos. Los americanos sufren dificultades financieras debidas a la vez al déficit exterior y a la estructura anárquica y fragmentaria de un sistema bancario sin banco central. Sus innumerables billetes de banco se deprecian con respecto al oro y la demanda americana de metal precioso ejerce sobre el mercado de Londres. Los comerciantes americanos toman prestado oro en Londres o, si no, liquidan sus haberes en libras contra lingotes.
Esta salida de oro presiona sobre el mercado monetario británico y el Banco de Inglaterra aumenta su tipo de descuento para frenar esta exportación de oro. Las cifras del cuadro V muestran claramente las consecuencias de la política de restricción de créditos consecuencia de las salidas de oro. El mercado monetario se ve obligado a recurrir más al Banco de Inglaterra a través del redescuento excepcional y penalizado. Las casas de descuento y de aceptación disminuyen sus operaciones, y la emisión de letras de cambio (esencialmente internacional) resulta frenada. Por último. El tipo de interés del mercado monetario sigue el Bank rate, pero manteniéndose por debajo suyo, según la técnica inglesa.
Los Estados Unidos, que estuvieron, en cierta medida, en el origen de las dificultades de Gran Bretaña, sentirán vivamente los efectos de las restricciones del crédito en el mercado londinense. En esta época, los exportadores americanos financian sus exportaciones de algodón mediante letras de cambio libradas sobre casas de aceptación de la City.
A finales de 1836, el Banco de Inglaterra se niega a descontar estas letras con el fin evitar las salidas de oro con destino a los Estados Unidos. La crisis estalló entonces en Nueva York y por todo el territorio de los Estados Unidos. El precio del algodón se hunde, los bancos quiebran y el 10 de mayo de 1837 los bancos de Nueva York suspendieron sus pagos en oro y en plata con el fin de salvaguardar el resto de sus reservas. Es finalmente un préstamo en oro de Londres, de un millón de libras esterlinas, lo que permitirá a los bancos de Nueva York restablecer sus pagos en oro a principios de 1838.
Londres ejerce sobre la joven economía americana un efecto irreversible y asimétrico. La economía dominante del siglo xix restablece su equilibrio creando o aumentando el desequilibrio existente en las economías más jóvenes y menos estructuradas. Esta transmisión asimétrica de las fluctuaciones es particularmente clara en 1836-1837. De todas formas, los sectores ingleses que exportan a los Estados Unidos son particularmente afectados por la depresión, y en el norte de Inglaterra el paro adquiere caracteres importantes. Tras una breve recuperación en 1838, la depresión llegará hasta principios de 1840. Es la época en que el descontento social conduce a la agitación chartista.
La “Asociación de Trabajadores” publica la “carta del pueblo” el 8 de mayo de 1838. Los chartistas organizan asambleas obreras y huelgas que a veces se convierten en revueltas y motines. La “Liga del libre cambio” de Richard Cobden lanza, por su lado, una campaña para conseguir la libertad de importación de granos; libertad que debería conducir a una baja de los precios del trigo y del pan. Los períodos de depresión y de paro son siempre favorables a la agitación social.
Señalemos, a modo de conclusión, que este ciclo Juglar, cuya cumbre fue la crisis financiera de 1836-1837, duró alrededor de diez años, de 1832 a 1842. La expansión se prolongó durante cuatro años y la depresión durante cinco o seis, con una recuperación menor en 1838. Volvemos a comprobar en este trend a la baja Kondratieff, 1815-1848, que la depresión de este segundo ciclo mayor fue más larga que la expansión.
