Estos jóvenes tienen una particular visión del mundo financiero atravesada por el contexto en el que crecieron.

La generación Z, la conforman personas nacidas entre mediados de la década de 1990 y principios de 2010, y aunque muchos están en las primeras etapas de su vida profesional, sus valores y prioridades de inversión ya están reconfigurando las tendencias que podrían transformar los mercados financieros de un futuro próximo.
Este grupo de personas tiene la característica de haber crecido en un contexto hiperconectado con nuevas tecnologías y un espacio digital en ascenso, y atravesados por las fuertes crisis económicas de las últimas dos décadas, combinación que genera una perspectiva única del dinero, el riesgo y el impacto social.
Información, inversiones y digitalización, los pilares de la inversión de la generación Z
Una generalización respecto a la generación Z es que su preocupación está direccionada por la sostenibilidad ambiental y la justicia social, considerando que sus decisiones financieras deben reflejar sus valores personales como su dinámica de trabajo.
Los fondos y activos relacionados con la sostenibilidad tienen un crecimiento exponencial, en parte gracias al interés de esta generación, que decide apoyar tanto a empresas relacionadas con energías renovables hasta evitar industrias como los combustibles fósiles o el tabaco.
En esta línea, este grupo también está redefiniendo la forma en que las personas acceden a los mercados financieros. Plataformas como Robinhood, eToro y Binance ganaron popularidad entre los jóvenes gracias a su facilidad de uso, bajas barreras de entrada y herramientas educativas integradas. Las criptomonedas y las monedas digitales son los más elegidos para sus carteras, teniendo un gran conocimiento sobre ellas.
Asimismo, a diferencia de otras generaciones, esta tiene una tendencia a ser autodidacta con diversos temas, pero sobre todo con lo financiero, ya que utilizan diversas plataformas virtuales de comunicación para aprender sobre estrategias de inversión, presupuestos y manejo de deudas, entre otros.
Este enfoque informal complementa o reemplaza las fuentes tradicionales de educación financiera, como los asesores personales o los cursos académicos. Sin embargo, esto puede plantear desafíos, ya que el acceso rápido y masivo al conocimiento, puede exponer a los jóvenes a tener información errónea o hacer estrategias arriesgadas con respecto a sus bienes.
La visión financiera de la generación Z
La generación Z, en cuanto a su gestión patrimonial, busca priorizar la seguridad financiera al especial interés en inversiones innovadoras, pero con la precaución de ser cautelosos respecto al endeudamiento y conservar un fondo de emergencia.
En este sentido, esta generación ya está transformando el panorama financiero debido a que los gestores de activos y las instituciones deben adaptarse rápidamente para atraer y retener a estos inversores. Esto incluye no solo ofrecer productos personalizados, sino también invertir en tecnología y comunicación digital para establecer conexiones directas y eficaces hablando un mismo idioma.
Asimismo, el enfoque en la sostenibilidad podría redirigir flujos de capital hacia sectores éticos, obligando a las empresas tradicionales a reevaluar sus prácticas. También, la popularidad de las criptomonedas podría acelerar la adopción de monedas digitales en todo el mundo.
