El cambio climático atraviesa directamente la economía global. Un punteo de las grandes preocupaciones con un escenario volátil.

La crisis hídrica que afecta es una preocupación mundial, debido a que ya afecta a diversas regiones del mundo, lo que lo convirtió en un factor determinante en la economía global ya que representa un riesgo para los mercados, impactando sectores clave como la agricultura, la energía y la industria manufacturera.
A medida que el cambio climático avanza, los periodos de sequía, los inversionistas y las empresas se deben adaptar con sus estrategias para mitigar el impacto financiero y operativo.
La escasez, el impacto global y la preocupación en los mercados
El cambio climático se trata de la variación en el estado del sistema climático terrestre y esta alteración afecta sistemáticamente a la población, que padece sus efectos tanto en catástrofes como en el impacto que genera en diversas industrias.
En este panorama, se indica que el sector agrícola es uno de las más vulnerable ante la crisis hídrica. La escasez del agua afecta directamente la producción de cultivos básicos en la industria alimenticia como el trigo, el maíz y la soja, generando volatilidad en los precios.
En los últimos años, ocurrieron diversas sequías severas en regiones clave para la producción agropecuaria, como en Estados Unidos, Argentina y el sur de Europa.
Por ello, desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzaron advertencias respecto a que la reducción en los rendimientos agrícolas podría llevar a una crisis alimentarias y un aumento de los precios de los alimentos. Esto podía derivar a un aumento de la inflación global.
Una situación similar se atraviesa respecto al agua, siendo un recurso finito. Y es en el sector hidroeléctrico que se está frente a una situación crítica. La disminución de los caudales de los ríos y la reducción de las reservas llevó a algunos países a reducir su producción hidroeléctrica, generando escasez de energía y aumentando la dependencia de combustibles fósiles.
Esta crisis afecta la refrigeración de plantas termoeléctricas y nucleares, esto puede llevar a una reducción en la capacidad de generación y disminución del suministro eléctrico.
También, el área industrial sufre el impacto de la crisis hídrica. Desde la manufactura de productos como semiconductores, textiles y productos químicos ya que para su producción necesita grandes volúmenes de agua. Por supuesto que esta situación genera interrupciones en las cadenas de suministro globales.
Respecto a los mercados financieros, la reacción fue con una mayor presencia de volatilidad en sectores expuestos al riesgo hídrico. Y los inversores empezaron a priorizar activos resilientes al cambio climático, como son las tecnologías de reutilización de agua. En este sentido, el especialista financiero Fernando Boudourian indica que es de gran importancia comprender a fondo las necesidades antes de definir una estrategia de inversión.

Por ello, a medida que la crisis hídrica avanza, los gobiernos y el sector privado tienen que plantear y poner en marcha estrategias para minimizar su impacto. Las inversiones en tecnologías de desalinización, sistemas de irrigación y modernización de redes de distribución de agua se convirtieron en clave.
También, los acuerdos internacionales sobre el manejo del agua y el desarrollo de modelos de economía circular ganaron gran importancia para poder garantizar la estabilidad económica y la seguridad alimentaria.
Lo cierto es que la capacidad de adaptación e innovación será de suma importancia para enfrentar el impacto que esta crisis tiene en la economía.
