Pueden desarrollarse tres escenarios, en relación con el panorama que presentan cada uno de los países de economías desarrolladas.
A medida que el 2025 transcurre, las economías avanzadas enfrentan un escenario de incertidumbre marcado por tensiones geopolíticas, presiones inflacionarias persistentes y el endurecimiento de las condiciones financieras.
En general, ante este panorama, los bancos centrales tuvieron que tomar decisiones al respecto y mantienen una postura restrictiva, al mismo tiempo que los mercados evalúan la posibilidad de una recesión leve.
Ante esto, las economías avanzadas deberán elegir qué hacer. Para el especialista financiero Fernando Boudourian, el análisis de tendencias económicas es de suma importancia para la toma de decisiones estratégicas.
La incertidumbre, la protagonista de la época
La economía global se está en punto de inflexión tras los ciclos de política monetaria restrictiva aplicados por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra en búsqueda de enfriar la inflación, pero también causaron la elevación costos de financiamiento, causando lentitud en el consumo y la inversión.
A este panorama se le suman los conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales entre China y Occidente, que generaron interrupciones en las cadenas de suministro y volatilidad en los mercados de commodities
Por ello, los inversores y analistas comienzan a evaluar si las economías avanzadas podrán atravesar una contracción severa o si demostrarán una resiliencia inesperada.
Por el momento, se puede realizar cierto análisis respecto a los que va del 2025. Por su parte, la economía estadounidense mostró signos mixtos en los últimos meses ya que el mercado laboral sigue relativamente sólido, con tasas de desempleo bajas y crecimiento salarial moderado, el endurecimiento monetario comenzó a impactar al gasto del consumidor y la actividad industrial.
La inversión empresarial está restringida por los mayores costos de endeudamiento.Según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Estados Unidos podría evitar una recesión profunda, pero el crecimiento del PIB podría desacelerarse a un ritmo cercano al 1% en 2025
El caso de Europa es distinto, afrontando una situación compleja. A pesar de que la inflación comenzó a retroceder, está arriba de los objetivos del BCE, lo que mantiene a la entidad en una posición prudente sobre recortes de tasas.
Ante esto, el mayor desafío para Europa en este 2025 es evitar un escenario de estancamiento prolongado. La incertidumbre política en algunos países y la necesidad de avanzar en reformas estructurales podrían impactar en la confianza empresarial y la inversión.
La crisis energética que se registró durante el periodo 2022-2023, continúa siendo un factor de riesgo, ante una posible repetición de esta situación.
China también es parte de este análisis. Este país tiene un papel de gran importancia debido al lugar que tiene en la economía mundial debido a que su crecimiento tuvo una desaceleración por la crisis del sector inmobiliario y a una demanda interna débil.
Ante este panorama, podría haber un nuevo conflicto debido a que Europa y EE.UU. dependen de China como proveedor y consumidor, y una menor expansión en la segunda economía mundial podría generar problemas en otras partes del mundo.
En este sentido, analistas indican que se puede estar frente a tres escenarios, en relación con las economías avanzadas en 2025. La primera es una inflación desacelerándose y bancos centrales reduciendo las tasas sin provocar una recesión profunda, y mientras se da un crecimiento moderado, con resiliencia en los mercados laborales.
Una recesión leve es el segundo panorama posible. Esta presenta una reducción temporal del PIB y un repunte del desempleo, pero la recuperación podría ser rápida si los bancos centrales toman decisiones flexibles. Una recesión severa es la tercera y más preocupante predicción, ya que se podría desarrollar debido a factores negativos, como una caída drástica en el consumo y crisis financieras.
Por lo tanto, será un año atravesado por desafíos y oportunidades a nivel mundial. Para evitar una recesión severa, es de gran relevancia que los bancos centrales busquen un equilibrio en sus políticas.