El renacimiento del transporte ferroviario:  las claves de su impacto en la logística global

El boom del uso de los trenes es a nivel global; sus características en su funcionamiento lo colocan nuevamente como uno de los transportes más convenientes. 

En 1825, el mundo se vio conmocionado tras la puesta en marcha del primer ferrocarril, en Gran Bretaña. Desde entonces, se trató del transporte que revolucionó a la sociedad para acortar distancia, tanto para pasajeros como para la comercialización. Sin embargo, en los últimos años fue eclipsado por otros vehículos, como los autos, camiones y aviones.

Pero el panorama global demostraría que, nuevamente, el transporte ferroviario se posiciona estratégicamente como uno de los vehículos más elegidos para el traslado de mercadería, a nivel global. 

El ferrocarril está de regreso

En un escenario global en el que se busca tanto estar más interconectado como así también minimizar el impacto ambiental, el ferrocarril vuelve a ser la respuesta para estos requisitos, sobreponiéndose ante los que se volvieron los tradicionales. Su resurgimiento es impulsado  por tres tendencias clave: la sostenibilidad, la tecnología y la geopolítica.

Al hablar de la sostenibilidad, se indica que el ferrocarril consume hasta un 75% menos de energía por tonelada-kilómetro en comparación con los camiones y genera solo un 3% de las emisiones totales del sector. Esto lo posiciona como una opción clave para las empresas que buscan reducir su huella de carbono.

Por otra parte, la automatización y digitalización de esta era ha modernizado a los ferrocarriles, ya que permite una mayor eficiencia operativa y seguridad. Además, el desarrollo eléctrico reduce las emisiones, eliminando la dependencia de combustibles fósiles. 

También, otra razón del impulso que está atravesando el uso del ferrocarril en el mundo está relacionado con la evidente fragilidad que se visualizó durante la pandemia con las tensiones comerciales, a nivel global, respecto a las cadenas de suministro. En esa instancia, este transporte demostró ser más confiable ante las otras alternativas. 

A estas cuestiones ligadas directamente con el contexto social y geopolítico, se le suman las características puntuales de este transporte, que combina  la capacidad masiva del transporte marítimo con la velocidad del transporte terrestre, que lo convierte en una opción ideal para el suministro. 

En esta línea, los trenes pueden transportar grandes volúmenes de mercancías, reduciendo congestión y costos operativos. Lo que se suma con la integración de este vehículo con puertos, aeropuertos y centros logísticos permite una mayor flexibilidad en las cadenas de suministro. 

Actualmente, este nuevo impulso del uso de los trenes está redefiniendo como funcionan el mercado mundialmente, ya que al ofrecer una alternativa sostenible y eficiente, está ayudando a diversificar las cadenas de suministro y reduce la dependencia de rutas tradicionales.

No obstante, se presenta un escenario con diversos obstáculos para que este crecimiento continúe, como es la infraestructura de redes ferroviarias insuficientes, la competencia con otros medios de transporte que tienen mayor flexibilidad y velocidad y la falta de regulación en las normativas ferroviarias entre países dificulta el transporte entre fronteras. Por ello, las iniciativas como la modernización de infraestructura, la inversión en tecnologías limpias y la armonización de normativas internacionales serán clave para impulsar su rol en la logística global. También, las políticas públicas jugarán un papel crucial.

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