Ambas industrias atraviesan un gran crecimiento pero también sus ofrecimientos son distintos. Un punteo de sus características para tomar una decisión de inversión.
En un escenario financiero global inestable, hay sectores de inversión que se posicionan sobre otros siendo convenientes, al ofrecer crecimiento de los bienes y mínimos riesgos de pérdidas. Las acciones tech y la industria energética, son dos de ellas que representan innovación y estabilidad.
Aunque son muy distintas tanto en su desarrollo como en los beneficios que generan, ambas son las más elegidas. Es importante conocer los detalles de cada una para determinar cuál ofrece un valor real en el contexto económico actual.
Cómo elegir el sector de inversión, características y datos de cada uno
En la última década, debido a diversas innovaciones, hay sectores que tuvieron un gran impulso respecto a su desarrollo, como así también respecto a la necesidad social y económica. En este sentido, se destacan la tecnología y el sector energético,
Por un lado, la industria energética está marcada por un reciente repunte relacionado a la reapertura de las economías globales, el auge de la demanda de energía, los precios del petróleo y el gas, obteniendo grandes ganancias
Los rendimientos anuales ofrecen un flujo de ingresos consistente que atrae a inversores conservadores. Sin embargo, el sector enfrenta retos estructurales debido a las presiones regulatorias por la transición hacia energías renovables, los compromisos de descarbonización y el auge de las tecnologías limpias plantean interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de estas empresas.
Por otro lado, en la última década el sector tecnológico se convirtió en sinónimo de crecimiento. Las empresas dedicadas a este sector redefinieron las reglas del juego al liderar la economía digital.
Actualmente, las tecnológicas representan innovación con la creación de la inteligencia artificial, por ejemplo, que promete ser la columna vertebral de la economía del futuro. No obstante, las valoraciones de las empresas tecnológicas suelen ser exorbitantes, basadas más en expectativas de crecimiento futuro que en ingresos actuales.
La comparación de ambos sectores que se encuentran en su momento de auge es inevitable, para determinar cuál es el ideal para la inversión. Por supuesto, que el análisis debe incluir el contexto, con tasas de interés altas y el costo de capital, entre otros, como así también evaluar cómo impactan los conflictos geopolíticos.
La respuesta sobre cuál es el sector más conveniente para los inversionistas es ambigua. Por un lado, para quienes buscan estabilidad y exposición a un sector esencial, las acciones energéticas son las ideales, debido a que su rentabilidad actual y su rol en la economía mundial los posiciona como una opción confiable.
Por lo contrario, para inversores que proyectan a futuro y tienen una mayor tolerancia al riesgo, pueden encontrar en las acciones tecnológicas esa oportunidad. Pese a contar con volatilidad, las empresas de este sector lideran la innovación y entre las tendencias que redefinen el futuro.
En este escenario, la diversificación juego un papel clave, ya que los gestores están optan por diversificar entre estos sectores, equilibrando el crecimiento de las tecnológicas con la estabilidad de las energéticas.
