Si bien un pensamiento general indica que las economías pueden sufrir cambios negativos en relación con la toma de decisiones y cambios en el mercado, dados por situaciones geopolíticas y catástrofes naturales, otros factores pueden incidir directamente. Y el cambio demográfico en Europa es un ejemplo de ello.
En los últimos años, se ha detectado en el continente europeo un gran cambio respecto a su demográfica, dada por la baja natalidad, envejecimiento de la población y las olas migratorias, cuestiones que alteran la estructura de la población. Y esto se traduce en cambios para los mercados de trabajo y consumo, impactando a la economía. Analizar esta cuestión es entender los cambios que pueden generarse en el mundo.
Cambio poblacional: cifras que alertan
En 2050, el 30% de la población europea tendrá 65 años aproximadamente, según los datos arrojados por Eurostat. Esto indica que el envejecimiento de la población es un hecho, lo que generará un cambio significativo en los sistemas de pensiones, la seguridad social y el gasto público en salud, Y también, afecta en los mercados laborales y de consumo.
Al estar frente a una población activa para el trabajo, genera gran preocupación teniendo en cuenta la edad de retiro. Esto se traduce a la escasa mano de obra, lo que se traduce en un aumento en los salarios para atraer al trabajador, teniendo impacto en la administración financiera de las empresas.
En esta línea, también se estipula que habrá una desaceleración en el crecimiento económico, ya que esta cuestión podría afectar la productividad, en comparación con otros continentes.
En este sentido, el envejecimiento de la población puede cambiar los patrones de consumo, debido a que se tiene distintas prioridades de gastos, lo que puede tender a un crecimiento en sectores como el de salud y residencias de adultos mayores, entro otros. Por lo que los hábitos de consumo cambian.
Ante esta situación, una de las políticas que comenzaron a adoptar algunos países es la flexibilidad de la inmigración, para incrementar la fuerza de trabajo actual. Pero también es una cuestión a resolver, para regularizar cuestiones como el acceso a la educación y formación.
Los cambios que podrían afectar a la economía
Este cambio puede verse reflejado en la economía, con una necesidad de reestructuración, por ejemplo, impulsar la sostenibilidad fiscal y fomentar la innovación para enfrentar estos cambios. Como así también estimular la inserción laboral de mujeres y adultos con políticas de flexibilidad laboral y programas de formación.
En esta línea, también se encuentra la necesidad de una adaptación de los modelos de negocios para responder a las necesidades de la población adulta. Por ejemplo, buscar la evolución de mercados de consumo con este tipo de destinatario, para un crecimiento en diversas industrias. Lo cierto es que la transformación demográfica ya plantea desafíos a resolver para el futuro. Sobre todo en lo que respecta a la economía de la región, que impactará a la global con una notable baja en la producción. Por lo que se atraviesa un periodo de búsquedas de soluciones, para minimizar el impacto.