En los últimos meses, las tensiones han crecido en el Medio Oriente con el atentado de Israel al lanzar misiles de Hezbolá en el Líbano, generando impacto en todo el mundo. Además de afectar a la sociedad, generó un revés en la economía mundial. Puntualmente, afecto el precio del petróleo, una industria explotada en diversos territorios y que significa un negocio ligados a fuertes economías globales.
La alerta se inició en agosto pasado al registrarse un descenso en el precio con un valor de U$S 81 por barril, comparándose con la media del mes de U$S 85 por barril. La variable se extendió durante septiembre. No obstante, el valor de en la industria de hidrocarburos está siendo afectada desde 2018 por tensiones políticas. En 2022 se destaca este registro tras la invasión de Rusia a Ucrania, marcando una tendencia para lo que luego ocurrió tras una tensión por los conflictos en los territorios mencionados.
La concentración del petróleo y la especulación geopolítica
Rusia, Estados Unidos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que integran Arabia Saudita, Irak, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, representan al grupo de productores de petróleo más grande a nivel mundial. Por lo que sus decisiones, en conjunto o no, al respecto tiene un fuerte impacto, como queda en evidencia. Y de este aspecto la importancia de la geopolítica en este mercado.
En este contexto, Arabia Saudita, Irak, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, todos ubicados en el Medio Oriente, se destacan como los mayores productores de petróleo. Este dato es de gran relevancia, ya que explica que las tensiones de los últimos tiempos, que involucran sobre todo a Medio Oriente, incide directamente a la incertidumbre que se genera al rededor del combustible, respecto a su producción como su precio en el mercado y disponibilidad, de acuerdo a sus intereses geopolíticos.
Por ello, se explica que conforme a la creciente de las tensiones en estos territorios El efecto la incertidumbre aumente a medida. Cabe destacar que este tipo de situaciones geopolíticas incide los precios del petróleo, depende del volumen de producción que se ve afectada por el suceso, como así también esto depende de la duración del mismo y las condiciones económicas en la que se desarrolla. Por lo tanto, el precio no está solo sujeto a la fluctuación del mercado.
Recorte y marcha atrás
En junio pasado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo – que representa alrededor del 40% de la producción mundial de petróleo crudo- había pacto un acuerdo para realizar recortes de producción de petróleo de 2,2 millones de barriles diarios durante el mes de septiembre. Luego se acordó una eliminación gradual en octubre.
Con estos parámetros, la intención era devolver al mercado parte de la oferta, con esta estrategia lograr un repunte en el precio y buscar estabilidad, como había realiza con anterioridad. Pocos días más tarde del acuerdo se detectó una suba en el precio del crudo, lo que genera un replanteo en las medidas que se habían establecido ejecutar en octubre, y se especula con una marcha atrás sobre esto. En esta línea, la preocupación gubernamentales inciden en el posible aumento de la inflación mundial ante esta suba del combustible.
China, el territorio entre las tensiones
En este contexto, China también ingresa en las tensiones debido a que es uno de los territorios que más consume petróleo por día En 2023 se registró que necesitaba a diario 16,5 millones de barriles. Esta creciente se adjudica al gran crecimiento de la industria automotriz, ya que de allí se acrecienta la necesidad de tener más combustible.
Si bien también es productor, no llega a cubrir el 30% de su necesidad. Motivo por el que su economía se va atravesada por los movimientos que se realicen alrededor de este combustible, y la del resto de países que se lo venden.
Un informe por parte del Energy Institute, publicado recientemente, indica que el consumo de petróleo mundial superó los 100 millones de barriles de petróleo por día. Esta se trata de una cifra récord en la historia. Se destaca que América del Norte tuvo un incremento de consumo de 0,8% y Asia Pacífico un 5%. Mientras, la demanda en Europa cayó un 0,8%.