Al tratarse de un recurso finito, su escasez es una gran preocupación mundial. Cómo las inversiones podrían sumar a la creación de infraestructuras para maximizar su cuidado.
Actualmente, globalmente existe una sostenida preocupación respecto al cuidado y preservación del medio ambiente ante el cambio climático, al estar frente a recursos finitos que son utilizados diariamente y su escasez ya genera problemas. Es el caso de la crisis hídrica. La dificultad del acceso al agua es una gran inquietud, y en el mundo de las finanzas se discute sobre la viabilidad de la inversión en el llamado” oro azul”.
La inversión en el agua y cómo podría ser beneficiosa ante la faltante
Según información brindada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2023 se registraron 2.200 millones de personas que tienen carencias para acceder al agua potable de forma segura. Lo que representa el 40% de la población mundial. Y se estipula que esta cifra aumentará, a medida que avancen los efectos del cambio climático.
Las sequías, contaminación y explotación de fuentes de agua potable forman parte de la lista de acciones que generan desequilibrios graves, afectando en la disponibilidad de este recurso que es fundamental para la vida en el planeta. En este sentido, además de ser un recurso vital, es visto como una fuente de inversión, siendo necesario tanto para la vida como para la economía.
En este escenario, la inversión en agua está en crecimiento con nuevas perspectivas sostenibles, teniendo en cuenta la tecnología hídrica, servicios de tratamiento de aguas y empresas de gestión de recursos. Asimismo, los fondos cotizados en bolsa centrados en el recurso hídrico le da a los inversionistas la posibilidad de diversificar su exposición en las empresas líder en la gestoría de este recurso.
Lo cierto es que a medida que aumenta la necesidad de la preservación del agua, las empresas que tienen tecnologías para optimizar y maximizar su uso se enfocan en desarrollar innovaciones en torno a la purificación, tratamiento y distribución de agua, posicionándose como potenciales beneficiarias del auge del “oro azul”.
Estas innovaciones están atrayendo capital de inversores interesados en los beneficios a largo plazo, teniendo en cuenta la gran importancia que tiene este recurso y que siempre será necesario.
Pero pese a que la inversión en el agua es atractiva financieramente, al indicar que se trata del “oro azul” genera controversias, debido a que millones de personas no tiene un acceso seguro. Por lo que se indica que al especular con su uso e inversión activo o podría agravar la desigualdad que ya está presente.
No obstante, los defensores de esta inversión en agua indican que el capital privado puede desempeñar un papel crucial en la expansión de infraestructuras de acceso a agua, sobre todo donde la financiación pública es escasa. Por lo que los proyectos se enfocan en minimizar la escasez.
En cuanto a los inversores, el agua presenta una oportunidad única con potencial de crecimiento sostenido. Ante la volatilidad económica, surge como un recurso esencial que, independientemente de los ciclos del mercado, siempre tendrá demanda por su necesidad vital. No obstante, debe saberse que se trata de una inversión a largo plazo, y siendo analítico respecto a los riesgos que se pueden enfrentar.
En este contexto, se señala que el uso del “oro azul” en el ámbito financiero podría cambiar la situación de las inversiones a nivel mundial. Con el progreso de la tecnología del agua y el interés de los mercados financieros, el agua ha dejado de ser un recurso subestimado para transformarse en un componente esencial de la inversión responsable y sostenible.
En este sentido, se indica que la utilización del “oro azul” en las finanzas podría llevar a redefinir el escenario de las inversiones globales. Con el avance de la tecnología hídrica y la atención de los mercados financieros, el agua está dejando de ser un recurso infravalorado para convertirse en una pieza central de la inversión sostenible y responsable.