Estas entidades deben cumplir con importantes objetivos económicos que definen el bienestar de la población.
Los bancos centrales son entidades públicas que gestionan y analizan la política monetaria de un país, cuya función es garantizar la estabilidad económica y financiera, con la regulación del dinero en circulación, las tasas de interés y el sistema bancario. Para que esto funcione correctamente se deben tomar decisiones que pueden generar diversos impactos.
En este sentido, desempeñan un papel clave y enfrentan uno de los dilemas más decisivos al tener que priorizar el control de la inflación o impulsar el crecimiento económico. Elegir qué objetivo cumplir y priorizar puede generar consecuencias negativas.
El banco central, sus prioridades y metas
Los bancos centrales operan con objetivos puntuales como son el control de la inflación como el impulso del empleo, manteniendo la estabilidad de precios al momento que se busca el pleno empleo. De allí la toma de decisiones para que esto suceda.
Lograr estos objetivos puede suponer el surgimiento de nuevos desafíos. Al momento que las economías ingresan en riesgo de recesión, los bancos centrales pueden decidir recortar las tasas de interés para estimular el crédito, el consumo y la inversión, lo que puede generar presiones inflacionarias, si no se toman recaudos.
En cuanto a las operaciones que se realizan para contener la inflación, se suele elegir aumentar las tasas de interés, lo que puede impactar negativamente la actividad económica y aumentar el desempleo.
Respecto a las acciones que se llevan a cabo para controlar la inflación, generalmente se opta por incrementar las tasas de interés, lo que podría afectar de manera adversa la actividad económica y elevar el desempleo.
En los últimos años, esta situación es constante, ya que se registra una alta inflación a nivel mundial, relacionada con las consecuencias de la pandemia del coronavirus y la escasez de diversos suministros.
Como respuesta, los bancos centrales realizaron aumentos en las tasas de interés, que si bien tuvieron acciones positivas, con la reducción de las presiones inflacionarias, también generaron una ambiente proclive para una recesión.
Una de las claves en el rol de los bancos centrales es encontrar un equilibrio, respecto a las prioridades que traza. Pero, lo cierto es que si bien accionan de forma independiente, no es desatinado indicar que tienen presiones políticas con una constante exigencia de respuestas ante crisis. Por lo que este factor puede influir en la toma de decisiones.
En este sentido, es importante indicar que el concepto de meta flexible es muy utilizada por estas entidades ya que significa no buscar solo un objetivo, sino alcanzar una adaptación frente a los diversos aspectos que se presentan. No obstante, controlar la inflación o estimular el crecimiento seguirá siendo parte fundamental de las estrategias de los bancos centrales tanto en el presente como en el futuro. Una sola solución aún no existe, y es en esta instancia que se remarca la importancia del rol de estas entidades para adaptarse al contexto económico y responder de manera flexible.